Recientemente tuve el privilegio de visitar la escuela José R. Barreras en Morovis, Puerto Rico, invitada por la maestra bibliotecaria Glorivee Alomar Robles. La intención era compartir con sus estudiantes de 5to grado cómo se hace una reseña, leerles un libro, el ejemplo de reseña sobre ese libro que preparé de antemano y luego que ellos escribieran su reseña. En el proceso me di cuenta de que necesitan práctica de escritura, a pesar de estar en 5to grado, nada del otro mundo. Lo que sí me dejó boquiabierta fue la lectura y análisis de la narrativa visual. Sus destrezas para leer lo que se narra con imágenes resultaron extraordinarias. El libro que leímos fue Donde viven los monstruos, escrito e ilustrado por Maurice Sendak. Les enumero alguna de las interpretaciones de los estudiantes.
1. El disfraz de Max [el protagonista] son sus emociones.
2. Él lo soñó todo, pero despierto.
3. Cada monstruo representa las emociones de Max.
4. El tiempo en la isla donde viven los monstruos es uno y en el cuarto de Max es otro.
5. Uno de los monstruos se cansó de cargar a Max. Por eso estaba contento de que Max se fuera, pero no sonreía demasiado. No quería quedar mal con los demás monstruos.
6. Los monstruos no eran malos. En verdad la mamá de Max lo planificó todo para que él [Max] sintiera lo que ella había sentido.
Les cuento que he utilizado este libro en conferencias y talleres con participantes desde cuarto o quinto grado hasta adultos mayores. Jamás un grupo había hecho un análisis tan profundo y desde diversos puntos de vista de la narrativa visual. Ningún grupo había mencionado la posibilidad de que el tiempo transcurra diferente en distintos lugares o direcciones. Es decir, que hacía la isla de los monstruos transcurre -digamos- hacia el futuro y de regreso a su cuarto, transcurre hacia el pasado. Esa fue su interpretación de por qué Max estuvo fuera del cuarto por un año y al regresar, la sopa estaba tibia. Pensé inmediatamente en ‘Viaje a la semilla’ de Alejo Carpentier. Lean ese cuento, por favor.
Experiencias como esta, fuera del contexto del salón de clases y de la presión de ‘respuestas correctas o incorrectas’ promueven el pensamiento crítico, las destrezas de análisis y la creatividad. Además, fortalecen la autoestima, autoconfianza y el auto concepto. Porque dan la oportunidad de demostrarse a sí mismos que son inteligentes, que tienen ideas brillantes y libertad de expresarlas. Y si te lo crees, lo intentas, lo haces, lo repites, lo logras.
Me alegra infinitamente ser el instrumento para que experiencias como estas se den. Amo ser promotora de lectura tanto como ser escritora. Me alegra haber identificado ese nicho desde el cual aportar al país con lo que me hace feliz.
Quinto grado y maestra Glorivee Alomar Robles, ¡los felicito!
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